
Historia

BREVE RESEÑA
El colegio San Francisco de Asís fue fundado el 3 de octubre de 1960 en el barrio de Villacolombia en la ciudad de Cali, por Fray Agustín Acero Pedraza, quien fue su rector hasta el año 1997. El colegio Inicia su proceso de formación con algunos grupos de primaria y con el tiempo se incorporaron otros grados hasta completar los niveles de formación de preescolar, básica primaria y media técnica; en estos primeros años el colegio funciono en la casa - convento: Fraternidad San José; se logra con el sueño del Fray Agustín y el apoyo de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos construir una nueva sede, ubicada a dos cuadras de la parroquia Pio X, esto ocurre en el año 2010 cuando el colegio cumplía 50 años de fundación.
El colegio San Francisco de Asís siempre ha tenido como su principal meta, promover en sus educandos una educación de calidad, a la luz de evangelio, teniendo a Francisco “a la sombra paterna” como lo entona nuestro himno, acogiendo a los estudiantes con alegría fraterna, e inculcándoles un compromiso solidario en la construcción de la historia, acorde al momento que les ha tocado vivir.
Hoy en este futuro cambiante nos hacemos corresponsables de este camino educativo fomentando una solidaridad y una sociedad acogedora y universal, teniendo como columna principal la espiritualidad del encuentro fraterno de acogida y escucha, con nuestro hermano; bajo el apoyo y dirección del ministro provincial Harold Arlés Pérez H. y de quien hoy orienta ilumina el camino de construir este nuevo futuro, Fray Próspero Arciniegas Zaldúa, resignificando las competencias de fraternos y espirituales hacia una pedagogía franciscana con formación humana, favoreciendo el desarrollo de la inteligencia emocional.
Valores Cosfa
La fraternidad: crear una fisonomía propia
Visión antropológica y pedagógica franciscana
El carisma franciscano pone de relieve algunas características antropológicas que nos ofrecen, especialmente, la teología bíblica y la filosofía sistemática. Entre ellas, nos indica que el hombre es una criatura relacional, única, integral e histórica.
1. La persona como relación
El franciscanismo concibe la persona como un ser relacional: consigo mismo, con los otros, las cosas creadas y con lo Trascendente. Estas relaciones se interactúan e integran en la promoción del crecimiento del ser humano. El concepto de persona como un ser relacional, permite articular y potenciar mejor el desarrollo de las diversas dimensiones del ser humano. Francisco de Asís, desde esta perspectiva, es un modelo de integración consigo mismo y con los otros, con lo otro y con Dios. De hecho, la fuerte experiencia de Dios como padre y sumo bien lo llevó a una actitud de gratitud y de alabanza al Creador por sus maravillas y lo hizo hermano de todos los hombres y de todas las criaturas .
La educación en nuestro colegio San Francisco de Asís pretende integrar las perspectivas: científica, simbólica y espiritual de la naturaleza. Una visión que permita entender al mundo no sólo como el espacio natural de la existencia humana, sino también como la expresión del amor, de la sabiduría, de la minoridad, de la grandeza y de la belleza de Dios; un mundo que, a través de sus propias leyes físicas, químicas y biológicas, se revele como la huella o el signo de una fuente primera y última. Un mundo en el que sea posible el encuentro con Dios, como fundamento, y con todos los otros seres, como hermanas y hermanos bien acogidos y amados.
Comprendemos que en un mundo cultural marcado por la pluralidad y la diversidad, es necesario formar para la participación activa en la vida, por lo cual, la fraternidad es el lugar propicio y vital de la educación. Los valores que construyen fraternidad son:
Minoridad: Es la capacidad de descalzarnos constantemente ante el misterio del otro en quien la Divinidad se hace diáfana. Una apuesta personalmente asumida para que en nosotros irrumpa la epifanía del otro.
Empatía: La capacidad de sabemos poner en el lugar de la persona y entender las circunstancias por las que atraviesa. (Espejo de Perfección 27).
Interioridad: Capacidad de reconocerse desde dentro y relacionarse con lo Trascendente y comprender mejor el misterio de la propia existencia, del otro y del mundo, encontrando el sentido último de la vida.
Paz: La paz se construye en nuestro interior y luego en nuestras relaciones. El carisma franciscano para vivir y trabajar por la paz se lleva a cabo a través de la no-violencia activa, que no es simplemente ausencia de conflictos, sino que depende más bien del poder de la verdad y del amor.
Bondad: La bondad es el pináculo de la inteligencia. Es el instante en el que la inteligencia se queda sorprendida de lo que es capaz de hacer por sí misma. Dice Richard Davidson, especialista en neurociencia afectiva, dice que es “la base de un cerebro sano es la bondad”.
Sabiduría: Vivir libre de juicios y etiquetas.
Motivación cuidadora: Es la cualidad que demuestra cálides, amabilidad, empatía, ternura, presencialidad y generosidad.
Coraje: Capacidad de implicarse en la vida con fortaleza y lucha para cuidar con calidez y amabilidad, afrontando el sufrimiento.
Cortesía: “El lenguaje que el sordo puede oír y el ciego puede ver”. (Mark Twain)
Inclusión: Comprender, aprender y aceptar a los otros en su modo diferente de ser, de pensar, de expresarse, que nos permite acercarnos a todos los seres humanos como iguales en derechos, en deberes y en dignidad.
Trabajo en equipo: Sentido de unidad o entusiasmo por alcanzar un interés compartido, experimentado que somos mucho más cuando hay integración, sinergia, empoderamiento, participación y responsabilidad.
Afabilidad: Es la cualidad que nos impulsa a ser agradables, dulces, suaves en nuestras palabras y acciones exteriores, para contribuir a hacer amable y placentero el trato con las otras personas.
Los valores franciscanos están dirigidos al corazón de la persona, buscan crear una fisonomía carismática en quien los conoce y comprende; al mismo tiempo ellos en su conjunto se convierte en el espíritu franciscano. Esto exige un proceso de acoger la forma de vida evangélica propuesta por San Francisco de Asís.
La fraternidad configuró la vida y la misión de Francisco y de sus primeros compañeros, así también la comunión de vida en fraternidad debe configurar nuestro que hacer y misión. No podemos hablar de vida franciscana sin vida en fraternidad. No podemos hablar de misión franciscana sin pensarla y vivirla en fraternidad.